Cuando alguien hace algo imprevisible (no nos responde a un whatsapp o no nos da las gracias por algo que hemos hecho por él, por ejemplo) es cuando nos daña. Nos daña por lo esperado no recibido y habitualmente presuponemos la peor de las justificaciones (pasa de mí, es un engreído, etc.) en lugar de pensar en positivo acerca de la causa o preguntar al otro directamente qué ha pasado.
En lo imprevisible está la "locura", el desequilibrio, que a menudo causa sufrimiento e inadaptación a la persona imprevisible y dolor a los que le rodean.
Disfrutad de las personas previsibles, y de las imprevisibles cuando se pueda, y de todo lo que os haga entrar en el "flow". Yo por mi parte haré lo mismo y además disfrutaré de ganar la batalla a esos cerebros imprevisibles que hacen sufrir a mis pacientes y a su entorno.
Un abrazo!
Mamapsicologa
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